El pensamiento domesticado: Gilles Deleuze y la antropología.

L. Nicolás Guigou (1)

Publicado el: 2013-12-04

    


"Yo es otro siempre me ha parecido una patraña.
Una patraña brillante, de acuerdo."

Colette Audry, Rien au-delà

 

                                                                Facebook    



I. Unos devenires nativos.

Resulta por demás interesante el acercamiento del pensamiento deleuziano a algunas intentonas antropológicas. Por cierto que este matrimonio debería de haberse realizado hace algún tiempo atrás. Sin embargo, los prejuicios que van desde modalidades de escritura a estrategias de pensamiento, colaboraron a que el pensamiento de Gilles Deleuze fuera "minoritario" en la reflexión antropológica.

Y he aquí Deleuze. Un Deleuze tamizado por la tranquilidad de pensamiento, del pensamiento de estado, del logo-pensamiento disciplinario. Toda una paradoja: un Deleuze arborescente.

Tal Deleuze nos es ofrecido en um artículo intitulado "Los tambores de los muertos y los vivos. Etnografía, antropología y política en Ilhéus, Bahia" de Marcio Goldman (Goldman, 2003), aunque este Deleuze domesticado bien podría haber aparecido en cualquier escritura antropológica.

Aquí EL ANTROPOLOGO ? y prefiero utilizar mayúsculas de manera de acentuar, grabar el juego del nombre proprio y al mismo visionarlo más como una actitud disciplinaria que personal, esto es, la mirada antropológica por antonomasia- inventa un devenir particular: el devenir nativo (¿pero se podrá hablar de invención en el momento que toda una tradición disciplinaria se moviliza bajo la efectología de los discursos autorizados?). Se trata pues de pararnos en el ver/decir antropológico, aceitado por un conjunto de performances y aparatos institucionales, de tal manera que EL ANTROPOLOGO no tiene correspondencia con el sujeto que escribe, habla, gesticula. Nada personal, pues. En todo caso, un ejercicio más de una clasificación que apenas admite el momento evanescente de la individualización ("Yo hablo", "Yo escribo", "Mi experiencia", etc.).

Y dado que no hay inocencia en la clasificación, la invención logocéntrica del devenir nativo, parece ser uma nueva tentativa de producir una teorización novedosa sobre la etnografía ( esto quiere decir, preservar la tradición antropológica, a la vez que darle un poco de condimento por medio de un pensador renombrado y a la vez marginal como Deleuze).

Resulta que para cierta mirada antropológica el devenir es recuperado y contextualizado en tanto "...movimiento a través del cual un sujeto sale de su propia condición por medio de una relación de afectos que consigue establecer con una condición otra." (Goldman, 2003: 464)

El problema aquí no es la fidelidad hacia el pensamiento de Deleuze (todo un horror), ni tampoco la cita acertada. Es el camino cerrado de las "ideas justas" en vez de "justo ideas".

Pero los devenires son justamente otra cosa: no se trata ni de sujetos, ni se trata de condiciones, ni menos de "salirse" de los sujetos y las condiciones para reencontrarse en otra condición. Es importante destacar que este Deleuze arborescente tiene muchas ventajas para EL ANTROPOLOGO:

1) preservo la figura del nativo así sea mediante la mutación de "devenir-nativo", con lo que colaboro a la producción de una centralidad ("nativo") y la relación con otra centralidad ("antropólogo").

2) sigo produciendo "el/los otros", cuando justamente de lo que se trata es (deleuzianamente) de salirse de esa rostrocidad.

3) puedo ser antisustancialista, al mismo tiempo que sigo escribiendo sobre yo/los otros en tanto centralidades que se relacionan por "algo" que los afecta ( a ellos, a mí).

Sin embargo, un bloque de devenir ( o una evolución a-paralela) se revela contra una suerte de "teoría etnográfica". En todo caso, la posibilidad de uma teoría etnográfica debería admitir varios devenires que van por el medio.

Más que una teoría etnográfica tal vez sería más interesante movilizar una antropología del "entre".

"**(2)Una antropología del "entre" es un ejercicio antimimético por lo menos de tres maneras:

a) no me identifico conmigo mismo. No me vuelvo un "intelectual orgánico" de mí mismo ("Verdaderamente la escritura no tiene su finalidad en sí misma, pero precisamente porque la vida no es algo personal." [Deleuze, 1980: 59])


b) no me identifico miméticamente con los sujetos que investigo ni tampoco con los otros, enmarcados y producidos en tanto que otros:

"El mimetismo es un mal concepto, producto de una lógica binaria, para explicar fenómenos que tienen otra naturaleza. Ni el cocodrilo reproduce el tronco de un árbol, ni el camaleón reproduce los colores del entorno. La Pantera Rosa no imita nada, no reproduce nada, pinta el mundo de su color, rosa sobre rosa, ese es su devenir-mundo para devenir imperceptible, asignificante, trazar su ruptura, su propia línea de fuga, llevar hasta el final su ?evolución aparalela?." (Deleuze; Guattari, 1988:16)

c) una antropología del "entre" es una antropología del movimiento. Varias intensidades donde la velocidad no es necesariamente equiparable a la velocidad de la escritura (la etno-ficción del "Informe de Brodie" de Borges puede ser un ejemplo).


Y el "entre" más que conformarse en un "entre" inter-subjetivo, o bien un punto equidistante entre dos centros (investigador/ investigado), o en "espíritu humano" en pleno movimiento (metáfora del inconsciente), o en "algo" que afecta a las centralidades en juego, evoca sin representar. Un espacio que parece vacío porque apenas hemos comenzado a experimentar sobre las modalidades de la evocación.
Se han dicho muchas cosas del "entre". Peculiar vacío que significa:

"No estamos ya ni siquiera autorizados a decir que "entre" sea un elemento puramente sintáctico. Además de su función sintáctica, mediante la remarcación de su vacío semántico se pone a significar. Su vacío semántico significa, pero el espaciamiento y la articulación; tiene por sentido la posibilidad de la sintaxis y ordena el juego del sentido. Ni puramente sintáctico, ni puramente semántico, señala la abertura articulada de esa oposición." (Derrida, 1975:335)

Un vacío, no ontologizado, sin centro o centralidades, sin identidades con nombre propio. Nada de centros, ni mediaciones, ni intermediaciones:

"Encontramos personas (y a veces sin conocerlas ni haberlas visto jamás), pero también movimientos, ideas, acontecimientos, entidades.
Y aunque todas estas cosas tengan nombres propios, el nombre propio no designa ni a una persona ni a un sujeto. Designa un efecto, un zig-zag, algo que pasa o que sucede entre dos como bajo una diferencia de potencia: "efecto Compton", "efecto Kelvin". Es lo mismo que decíamos para los devenires: no es que un término devenga el otro, sino que cada uno encuentra al otro, un único devenir que no es común para los dos, puesto que nada tienen que ver el uno con el otro, sino que está entre los dos, que tiene su propia dirección, un bloque de devenir, una evolución a-paralela. Eso es precisamente la doble captura, la abeja. Y la orquídea: nada que esté ni en una ni en otra, aunque pueda llegar a intercambiarse, a mezclarse, sino algo que está entre las dos, fuera de las dos, y que corre en otra dirección." (Deleuze; Parnet, 1980: 11).**"(Guigou; Tani, 2001)

II. Los sueños del antropólogo.

EL ANTROPOLOGO tiene como objetivo último ..."reflexionar sobre la posibilidad de mantener el punto de vista antropológico tradicional, cuando el objeto observado es parte del corazón de la sociedad del observador."(Goldman, 2003: 443) Para ello ingresa en el entramado del ver/decir a través de tres interrogantes más o menos clásica y que Bourdieu supo responder hace unos años. Ontologización del entre, sustancialización de los devenires, la circularidad mítica de las interrogantes, su encapsulamiento en las preguntas que solamente me puedo plantear (parte de una práctica simbólica que resulta de la propia violencia simbólica) ya conforman o poseen sus inevitables respuestas. En este ritmo, el ver panoptizado que atraviesa inclusive al ANTROPOLOGO le hará preguntarse en tanto observador, en esa continuidad redonda de preguntas-respuestas acerca de la distancia de la mirada (en relación a la democracia representativa) y también acerca de la diferencia del observar bifurcando el ojo antropológico (dado que tengo dos ojos, uno puede abarcar grupos políticos siendo creyente y otro, grupos de creyentes siendo escéptico). Pero tal vez sea mejor pensar que EL ANTROPOLOGO sea un monstruo bifronte, más allá de cualquier clasificación. Entonces el hilo de Ariadna sería toda esta trama ?esas estrategias de verosimilitud textual- en la cual (mi) trabajo de campo, lo ominoso (escucho los tambores de los muertos en la noche), el sueño (sueño con un político que me habla), disminuye al minotauro deleuziano a la condición de perrito faldero. Por cierto que EL ANTROPOLOGO no es el minotauro, ni un monstruo bifronte. Es Teseo o la razón cansada. Los laberintos se suceden, y Teseo continúa labrando más laberintos. Sin confiar en enfrentar al Minotauro y darle muerte (el delirio de la racionalidad completa), sin confiar en encontrar la luz, su reposo está apenas en algún tenue reflejo de su rostro. Rostro a-personal, EL ANTROPOLOGO se vuelve difuso y toma carne la escritura antropológica, por demás predecible. Ya no importa el que escribe ni tampoco la escritura ("el tema") porque insistamos, no hay inocencia en la clasificación. Y mientras, el devenir-nativo se disuelve en la sonrisa nietzscheana.

Notas

(1)Profesor Adjunto- Cátedra de Antropología Cultural, LICCOM, UDELAR, Montevideo, Uruguay. Prof. Asist. Dpto. de Antropología Social, FHCE, UDELAR, Montevideo, Uruguay.
(2)Las referencias a la antropología del "entre" que aparecen entre astericos y comillas, son parte del artículo "Por una antropología del ?entre?"(Guigou-Tani) tal como aparece consignado en la bibliografía citada.



Referencias.

Deleuze, Gilles Logique du Sens. Paris, Minuit, 1969.

Deleuze, Gilles; Parnet, Claire Diálogos. Valencia. Pre-textos, 1980

Deleuze, Gilles; Guattari, Félix Mil Mesetas. Valencia, Pre-textos, 1988.

Derrida, Jacques "La doble sesión."In: La diseminación. Madrid, Fundamentos, 1975.

Goldman, Marcio "Os tambores dos mortos e os tambores dos vivos. Etnografia, antropologia e política em Ilhéus, Bahia." Revista de Antropologia, USP, v.46, nro 2, São Paulo, 2003.

Guigou, L. Nicolás; Tani, Ruben Publicaciones Universitarias, Montevideo, 2001.

Publicado también en formato de artículo:

"Por una antropología del entre".

- Revista Comuniquiatra, Universidad de Sevilla, nro..1, mayo, Sevilla, 2001, on line http://comuniquiatra.dk3.com/ ISSN 1577-8398

-Revista CAOS, Universidade Federal de Paraíba, nro. 3., diciembre, João Pessoa, 2001, on line URL http://chip.cchla.ufpb.br/caos/index03.html

-Revista electrónica Diverso, nro.3., octubre, Montevideo, 2001, on line URL http:///www.educar.org/revistas/diverso/ ISSN 1510-3862














Comentarios sobre este texto:




Condiciones de uso de los contenidos según licencia Creative Commons

Director: Arturo Blanco desde Marzo de 2000.
Antroposmoderno.com © Copyright 2000-2021. Política de uso de Antroposmoderno