EL CAOS EN LAS CIENCIAS SOCIALES.

Por: Néstor Moreno Pérez.

Publicado el: 2002-10-12

    


Turbulencia política, desórdenes sociales, caos financiero, la sociedad entera sumergiéndose en una situación caótica, transición a la democracia o caos, son ...

 

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EL CAOS EN LAS CIENCIAS SOCIALES.

Por: Néstor Moreno Pérez.

Universidad Autónoma Chapingo.

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"la entropía total del Universo tiende, a la larga,

hacia el completo desorden en todas sus partículas....

lo que, en términos coloquiales puede enunciársele, pues,

como la fatal tendencia a que todo se desordene,

se descomponga..., se desconchinfle" (Edmundo Flores).



INTRODUCCION (EL PODER DEL CAOS).

Turbulencia política, desórdenes sociales, caos financiero, la sociedad entera sumergiéndose en una situación caótica, transición a la democracia o caos, son expresiones utilizadas de manera cada vez más recurrente por analistas políticos y especialistas en ciencias sociales para intentar explicar el acontecer de una sociedad enfrentada a una crisis profunda que se reproduce en todos los niveles y espacios del entramado político, económico, social y cultural del país. Una sociedad ?desconchinflada? que, sin embargo, muestra algunos intentos por arribar a un nuevo orden surgido de la misma condición caótica en la que se encuentra.

Al mismo tiempo, se desarrollan diversos esfuerzos por desentrañar los misterios que esconde esta realidad caótica y turbulenta, dando lugar a libros y revistas que adoptan el lenguaje del nuevo paradigma: la teoría del caos. también llamada ciencia del caos o caología. Así, nos encontramos con textos que en su título llevan ya la marca de esta manera de concebir al Universo y sus múltiples manifestaciones. Turbulencia política, México en el umbral del caos, Cuando pudímos no quisímos. El decenio del derumbe: la transición y el caos, Los rituales del caos; artículos como ?El legado turbulento de Salinas de Gortari?, ?La transición o el caos?; y la aparición de la revista Fractal, son sólo algunas muestras de cómo, en el ámbito de la reflexión política, económica y sociológica, el lenguaje de la caología se empieza a extender abriendo un horizonte interpretativo que ciertamente requiere ser explorado con el propósito de establecer sus alcances y limitaciones en la investigación social, política y económica. ¿De qué manera la ciencia del caos contribuye a explicar procesos tan complejos como las transiciones y crisis políticas? ¿Cómo entender los vaivenes de los flujos financieros y el desorden monetario a partir de la caología? ¿Es factible introducir la noción de caos para explicar los procesos políticos y sociales? En fin, ¿es posible abrir nuevas perspectivas de análisis en las ciencias sociales, recurriendo a este paradigma que cada vez suma más adeptos al interior de las diversas comunidades científicas?

En efecto, en los ultimos años se ha desarrollado en los diversos ámbitos del quehacer científico, una concepción que introduce la noción de caos como un elemento central en la investigación y la explicación científicas. En varios campos de la indagación científica, la idea de caos, de desorden, de indeterminación e incertidumbre ha empezado a orientar la búsqueda de los científicos para dar respuesta a las muchas interrogantes que el universo, la naturaleza y la sociedad plantean. Así, "percibir la indeterminación, el caos, el desorden, la extrema casualidad como método para investigar un universo que lleva todas estas ¿incongruencias? en sus entrañas, en su esencia, nos obliga a un esfuerzo nuevo, nos lleva a imaginar, a reflejar en nuestra mente inéditos registros......El objetivo de estos contemporáneos desafíos resulta claro: negar las secuelas de un plan, proyecto u ordenamiento vendría a ser un ordenamiento en sí mismo. Descubrir un sentido zambullendo a la mente en los procesos de un sinsentido. Alcanzar el orden del entendimiento penetrando en el desorden de las cosas, del mundo, del universo". Tal es lo que se nos dice en la presentación de la revista de la Universidad de México, dedicada a abordar el caos como objeto de la ciencia.

A partir de estas ideas, y teniendo siempre en mente la negativa de Albert Einstein para aceptar que Dios jugara a los dados, nos "zambulliremos" en esta temática para darnos un leve remojón, acercándonos a lo que se ha dado en llamar caología, la novedosa y apasionante concepción que abre nuevos horizontes al pensamiento científico.

Durante muchos años la noción de la existencia de un orden universal que rige el destino de todo lo que ha sido, es y será, predominó en el pensamiento científico y filosófico como una idea vertebral de la racionalidad humana. "El cosmos por excelencia es el mundo, el todo absoluto que contiene todos los todos parciales", dice Marcel Conche en La Noción de orden, y el desorden, agrega Georges Balandier, "no puede aparecer sino como una ruptura de la unidad, de la armonía general, y como oscurecimiento de la finalidad".

Ante esta concepción en donde lo fundamental es el orden, la armonía, tanto en la existencia de los fenómenos, procesos y cosas que conforman al universo, como en el esfuerzo humano por conocerlo y atraparlo por medio de la razón; ha surgido un pensamiento diferente que afirma que la existencia del caos no es una transgresión, una ruptura circunstancial, sino que forma parte constitutiva de la naturaleza, de la sociedad, del universo todo. En la época de la presencia apabullante de los "ordenadores", aparece una concepción que afirma la existencia del caos, del desorden, como un reto para el pensamiento científico que invita a encontrar las regularidades de lo irregular, las determinaciones de lo indeterminado, el orden del desorden. ¿Es posible este aparente sinsentido? ¿Encontrar el sentido del sinsentido?.

El reto ha sido tomado por los cuernos por la caología, la nueva disciplina que, teniendo como antecedente el desarrollo impresionante de la física cuántica y su principio de indeterminación o incertidumbre, así como las matemáticas que la fundamentan y se desprenden de ella; ha experimentado un desarrollo acelerado planteando una serie de conocimientos que empiezan a aplicarse en diversas disciplinas como la física, la biología, la astronomía, la geografía, la medicina y las ciencias sociales.

El planteamiento central de esta nueva concepción, nos dice que el desorden, la turbulencia, la desorganización y lo inesperado son aspectos constitutivos de la realidad que la investigación científica tiene que abordar y desentrañar. El caos está presente en el universo, la naturaleza y la sociedad y ejerce una "fascinación" que ha dado lugar al surgimiento de lo que algunos consideran como "una de las principales invenciones que han revolucionado la historia de las civilizaciones". Para Balandier, en su libro: EL DESORDEN, la caología "parece estar preocupada, al principio, sólo en las curiosidades o los desvíos de la ilusión en beneficio de una ciencia que se ha vuelto extraña. Para ella, la trivialidad se transforma en misterio. El grifo que gotea ya no es un pequeño asunto doméstico y un motivo de irritación, sino la ocasión de una observación erudita, realizada a lo largo de los años, que hace de esa anomalía una especie de paradigma del caos. El agua de una cascada, con su caída en capas, su dispersión en una multitud de gotitas y su posterior circulación hacia la corriente errante, manifiesta un nivel superior de esa complejidad con un ritmo desordenado. El humo del cigarrillo, compañero de los vagabundeos del espíritu, que se eleva primero en línea recta y de pronto se tuerce y compone figuras en movimiento, sugiere la presencia de un fenómeno semejante. Más arriba, muy arriba, corren las maravillosas nubes, construyen paisajes celestes, móviles y siempre cambiantes, caos con los cuales se vinculan los sueños; pero la nueva disciplina quiere forzar su misterio, encontrar la respuesta que hará menos falible la previsión del tiempo más allá de lo inmediato".

Ha sido de estas trivialidades de donde ha surgido el pensamiento que cuestiona las concepciones deterministas, introduciendo la idea de caos, que en el caso de la mecánica cuántica, aunque no elimina del todo ese determinismo, "sí pone en duda los principios causales y asigna a la casualidad o al azar un papel importante. Esto con beneplácito de muchos y molestia de otros como Einstein", quien nunca aceptó la presencia del azar en la conformación del universo.

Sin embargo parece ser que para los "caólogos", el azar es determinante en la manifestación de diversos fenómenos y procesos del universo, y, sin embargo, éstos no son tan azarosos como aparecen a simple vista. Mitchell J. Feigembaum, quien es uno de los pioneros en esta disciplina, afirma que "estamos llenos de caos", la belleza es "esencialmente caótica", la forma de las nubes también lo es. La ciencia del caos es para él "el estudio del desorden, del comportamiento irregular de las cosas determinísticas, ésas que sabes cómo se comportan de un instante a otro, y sin embargo, sus movimientos se convierten en algo irregular, errático, y dan la sensación de que se producen al azar. Y en realidad, lo que ocurre es que no suceden por azar". Comprender fundamentalmente por medio de las matemáticas, los procesos que están detrás de lo azaroso, de lo irregular y lo incierto; encontrar el orden del desorden, constituye el principal afán de quienes, en los diversos campos de la ciencia, adoptan esta nueva perspectiva.

En esta aventura, los conocimientos generados en la astronomía resultan asombrosos y apasionantes. Así, encontramos la idea de Julieta Fierro, quien en un artículo reciente, a partir de la noción de caos y su relación con el orden que se percibe en el universo, seduce y provoca nuestro pensamiento afirmando que "en particular las transiciones de las partículas pueden estudiarse de manera más adecuada recurriendo a la teoría del caos. Así, es posible concebir otros universos, paralelos al nuestro y totalmente incomunicados, cada uno con su física muy peculiar determinada por el caos......Así el universo posee orden y desorden, cosmos que se forman y se expanden y pueden dar origen a cuerpos simétricos como las galaxias con estrellas, planetas anillados y vida. La presencia del caos en todas las escalas del universo implica una gran diversidad de posibilidades y, por consiguiente, uno o varios universos con enorme potencial de crear diversidad".

De la misma manera que en el ámbito de la astronomía, la teoría del caos genera ideas sugerentes y novedosas en otras disciplinas del pensamiento y la investigación científica, que rompen con esquemas y nos conducen hacia planteamientos que seguramente revolucionarán el conocimiento. La caología apunta hacia diversos campos tratando de desentrañar misterios y enigmas que hasta ahora forman parte de esa "enciclopedia de la ignorancia" que conforme se desarrolla el conocimiento se queda sin hojas, pero paradójicamente se llena de otras más.

En el terreno de la biología y la medicina, la teoría del caos empieza a dar respuesta a problemas relacionados con la circulación sanguínea, introduciendo la idea de turbulencia como elemento que viene a romper la regularidad circulatoria y cardiaca. En el tratamiento de la epilepsia, las propuestas derivadas de esta concepción apuntan hacia el desarrollo de tratamientos que mediante la idea de la provocación del caos en determinadas zonas del cerebro generando turbulencias eléctricas en la actividad cerebral, pueden bloquear o impedir los ataques epilépticos.

Otro campo de interés para aplicar la teoría del caos es el de los fenómenos y procesos sociales. Así, el estudio del comportamiento errático, impredecible y caótico de la Bolsa, de los flujos financieros, así como el de los periodos de transición política, adquieren nuevas dimensiones para el análisis y la investigación económica, social y política

En este terreno los conceptos y nociones desarrollados por la teoría del caos proporcionan herramientas que pueden contribuir a entender procesos complejos, desordenados y caóticos desde los que posiblemente emerge ya un nuevo orden, ciertamente impredecible e incierto. Frente al caos social, económico y político surge el poder del caos como elemento fundamental de una concepción que ha revolucionado al pensamiento científico, trastocando a su vez, con su poderío, el ordenado mundo de las ciencias en este fin de milenio lleno de incertidumbres y misterios ante los cuales las ciencias sociales enfrentan importantes desafíos de conocimiento. En medio de la crítica y el derrumbe de los grandes paradigmas que orientaron sus pesquisas, surge la perspectiva del caos como una alternativa ordenadora que promete generar polémicas turbulentas y una realimentación de la imaginación sociológica y política.




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